LOS ÁNGELES – Hace apenas unos años, el nombre del príncipe Harry estaba estrechamente ligado a la monarquía británica. Hoy en día, el hijo menor del rey Carlos III ha emprendido un camino muy diferente, lejos del escrutinio de los medios y las obligaciones reales en el Reino Unido.
En enero de 2020, el duque de Sussex y su esposa Meghan Markle anunciaron su decisión de «dar un paso atrás» de sus funciones como miembros de la realeza. Esta decisión sin precedentes sacudió a la familia real británica y captó la atención mundial.
Meses después, la pareja se mudó a California con su hijo Archie, buscando una vida más privada y la oportunidad de forjar su propio camino. En abril de 2024, Harry formalizó su residencia en Estados Unidos, según documentos presentados ante las autoridades británicas.
Esta transición no ha estado exenta de desafíos y controversias. El lanzamiento de proyectos comerciales como acuerdos con Netflix, Spotify y la publicación de las memorias de Harry «Spare» han generado críticas por parte de algunos sectores que los acusan de lucrarse de su vínculo con la realeza.
Además, las relaciones familiares se han visto tensas, especialmente con su hermano mayor, el príncipe Guillermo, y su padre, el rey Carlos III. A pesar de algunos intentos de reconciliación, como la visita de Harry al Reino Unido en febrero de 2024 cuando su padre fue diagnosticado con cáncer, la brecha parece persistir.
Durante su reciente visita a Londres en mayo de 2024 para conmemorar el 10° aniversario de los Invictus Games, el evento deportivo que fundó para veteranos militares heridos, Harry no pudo reunirse con el monarca debido a los compromisos reales de este último.
«Lamentablemente no será posible debido al apretado programa de Su Majestad», declaró un portavoz del duque de Sussex, añadiendo que Harry «espera verlo pronto».
Mientras tanto, el príncipe Harry y Meghan Markle continúan forjando su camino en Estados Unidos. Recientemente visitaron Nigeria por invitación de las autoridades militares del país, en un viaje que algunos analistas han calificado como similar a una gira real, aunque con un nombre diferente.
Se espera que la pareja continúe involucrándose en causas filantrópicas a través de su fundación Archewell, al tiempo que exploran nuevas oportunidades comerciales. Sin embargo, su situación migratoria en Estados Unidos podría plantear algunos desafíos, ya que se especula sobre la posibilidad de que tengan que relocalizarse debido a cuestiones relacionadas con sus visas. [15]
A pesar de los altibajos, el príncipe Harry parece determinado a seguir su propio camino, lejos de los reflectores de la realeza británica. Mientras algunos lo ven como un abandono de sus deberes reales, otros aplauden su búsqueda de una vida más independiente y auténtica.
Lo que es innegable es que la decisión del príncipe Harry y Meghan Markle de alejarse de la familia real ha marcado un hito en la historia de la monarquía británica, y su impacto se seguirá sintiendo en los años venideros.