¡¡Actualmente existe una competitividad impresionante entre mujeres y cuando una mujer logra el éxito en lugar de estar felices por ella es cuando dicen:
¡Esta donde esta porque sabrá dios que hizo!
Y luego la que logro sobresalir se vuelve egoísta y dice: “Yo no les voy a enseñar, a mí me costó llegar hasta aquí, así que ellas se lo ganen y que les cueste también.” Lo que es una verdad es que hay más oportunidades para los hombres que para las mujeres, sin embargo, esto no justifica que se tengan que aplastar entre ellas para destacar. Y es que en lugar de ser unidas y apoyarse prefieren descalificarse entre ellas para sentirse mejor con la versión de ellas mismas.
¿Por qué estar tan pendientes del resto de las mujeres o de la opinión que puedan tener? Cristina Wood es psicóloga especialista en ansiedad y estrés dice: “Si dos mujeres se encuentran por la calle, se hacen un escáner de lo que llevan de los pies a la cabeza, se fijan en si la otra ha ida a la peluquería, si lleva las uñas pintadas, si la talla de la falda le queda bien. Es cierto. Cuando dos mujeres se vuelven a ver al cabo de mucho tiempo, lo primero que hacen es un comentario sobre su físico, del tipo: qué delgada estás, qué bien te veo.
Pero esto ¿lo hacen los hombres? cuando un hombre mira a otro ¿le dice: qué bien te queda el pantalón; o cuánto has adelgazado? Todo esto se debe, según la doctora, a que: “en el físico, la forma de vestir, y en todo lo que sea apariencia, las mujeres son más exigentes y se fijan más en los detalles. Es cultural, lo adquirieren desde muy pequeñas, desde que les enseñan: hija siéntate bien, péinate, tienes que estar presentable. Al niño no se le exige tanto en ese campo”.