Este 2 de marzo se celebra el Miércoles de Ceniza, que da comienzo a la Cuaresma, un período de 40 días que conducirá a los fieles cristianos hasta la Semana Santa y, especialmente, hasta la celebración de la Pascua de Resurrección. Paralelamente, este día pone fin al tiempo de Carnaval con el tradicional Entierro de la Sardina, celebrado en buena parte de España.
Periodo de arrepentimiento
Durante esta jornada, los cristianos practicantes deben confesar sus pecados, ya que es un día para reconocer la propia fragilidad y la mortalidad. Después hay que pedir perdón a Dios con una serie de obligaciones que sirven para demostrarle la intención de ser mejores. Así, en este Miércoles de Cenizas, igual que el día de Viernes Santo, los fieles mayores de 18 años y menores de 60 deben realizar ayuno, con lo que solo pueden hacer una comida fuerte. Asimismo, comienza la época de abstinencia de carne (blanca, roja y sus derivados) durante todos los viernes de Cuaresma para aquellos que tengan más de 14 años.
Por otra parte, durante la celebración de la eucaristía de este día es costumbre que un sacerdote, o diácono si no se va a la iglesia, dibuje en la frente de quien lo deseé una cruz de ceniza. “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”, son las dos fórmulas del Misal Romano que el sacerdote pronuncia cuando impone la ceniza, obtenida de los restos que surgen al quemar las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior.
El Papa Francisco recuerda el significado de este Miércoles de Ceniza: “La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros (cf. Jn 14,23). Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1,14): el Hijo de Dios Salvador”.
Origen del Miércoles de Ceniza
Para conocer el origen de este día hay que remontarse al siglo IV, cuando se fijó que la Cuaresma podía tener lugar entre el 4 de febrero y el 10 de marzo. Para su cálculo se utilizaba el denominado ‘Computus’. En los siglos VI y VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, algo que jamás ocurría en domingo por su condición de festivo, por lo que se movió al miércoles previo.
Por su parte, la imposición de las cenizas en este día viene de una antigua tradición hebrea. Los judíos se cubrían con cenizas después de haber pecado o como preparación para algún acontecimiento señalado. Con esta práctica pretendían acercarse más a Dios a través del arrepentimiento. Así, las cenizas tienen sentido simbólico de muerte y caducidad, pero también de humildad y penitencia. AS.