AP.-Las pandemias eventualmente llegan a su fin, incluso si la presencia de la variante ómicron complica la cuestión de cuando terminará esta. Pero no será como apagar un interruptor. El mundo tendrá que aprender a coexistir con un virus que llegó para quedarse.
La altamente contagiosa ómicron ha impulsado el número de infecciones a máximos históricos y ha desatado el caos en momentos en que un agotado mundo lucha, nuevamente, por contener su propagación. Esta vez, sin embargo, no empezamos de cero.
Las vacunas ofrecen una sólida protección contra una enfermedad grave, incluso si no siempre evitan una infección moderada. La ómicron no luce tan metal como algunas de las variantes previas. Y aquellos que sobreviven a ella tendrán una protección renovada a otras formas del virus que siguen circulando — y tal vez, también, contra la siguiente mutación que emerja.