Prensa Latina.- El ministro dominicano de Turismo, David Collado, consideró hoy “injusto” el coste de los boletos aéreos entre la vecina nación y Puerto Rico, por lo que espera alcanzar un acuerdo para que se abaraten.
“En Puerto Rico, viven muchos dominicanos que son ciudadanos puertorriqueños y que al final de año o en fechas de fiesta quieren ir a visitar a sus familiares y no es justo que se paguen 500, 600 y 700 dólares”, aseveró Collado, de visita en San Juan, al diario El Nuevo Día.
El funcionario reveló que República Dominicana recibe alrededor de 200 mil turistas puertorriqueños al año, de los cuales 127 mil arriban a su país a través de diferentes líneas aéreas, como JetBlue y Frontier.
Otros 50 mil visitan a la nación quisquesana a través de un ferry, que hace travesías entre los muelles de San Juan y Santo Domingo, y el resto en cruceros.
Collado se reunió el lunes con el gobernante puertorriqueño, Pedro R. Pierluisi, quien impulsa la firma de un acuerdo entre ambas partes no más tarde de mayo próximo.
La reducción en las tarifas podría alcanzarse mediante una reducción en los impuestos y llegar a acuerdos de promoción con las líneas aéreas.
“Nosotros (el gobierno dominicano) veníamos trabajando en el gabinete de Turismo cómo conseguir que donde tenemos mayor cantidad de dominicanos, como lo es Nueva York, Puerto Rico y Miami, conseguir mejores precios para la diáspora dominicana”, resaltó Collado.
La visita del ministro a Puerto Rico persigue formalizar acuerdos con operadores turísticos y agencias de viaje en esta isla del Caribe.
Ambas naciones caribeñas, apuntó, podrían explorar el ofrecimiento de paquetes vacacionales que dividan la experiencia turística entre Puerto Rico y República Dominicana, utilizando el ferry y los vuelos directos como punto de conexión.
Para República Dominicana, el sector del turismo representa el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) y genera 899 mil empleos de forma directa o indirecta.
Pese a que la pandemia azotó esta industria, Collado aseguró al diario puertorriqueño que el efecto fue reducido, ya que mantuvieron las puertas abiertas, mientras el mundo cerraba en marzo de 2020.
“Nos arriesgamos con responsabilidad y con un programa sanitario responsable, (pues) no teníamos de otra como país”, afirmó.
