AP) – La oposición venezolana se ha visto revitalizada recientemente tras una inesperada victoria en las elecciones a gobernador del estado natal del desaparecido expresidente Hugo Chávez. Ahora trata de aprovechar ese impulso para unir sus divididas facciones y lanzar otro intento de vencer a sus herederos políticos.
Tres años después de autoproclamarse líder legítimo de Venezuela, Juan Guaidó, con sus aliados opositores respaldados por Estados Unidos y otros adversarios del presidente Nicolás Maduro se reunirán esta semana en la capital, Caracas, para trabajar en una estrategia de gran alcance mientras se preparan para unas elecciones presidenciales que esperan que puedan celebrarse antes de 2024, para cuando estén previstos.
El objetivo es “incorporar no solamente los partidos políticos que hacen bien la alternativa democrática, incluso incorporar el chavismo como se denomina un grupo, o al chavismo disidente, como se denomina también otro grupo”, explicó Guaidó durante una entrevista con The Associated Press el jueves, utilizandodo el término que define el movimiento político iniciado por Chávez, quien tendrá en 2013.Guaidó ganó relevancia internacional en 2019 tras declarar ilegítima la presidencia de Maduro y autoproclamarse presidente interino, proporcionando un gobierno paralelo. Fue reconocido por docenas de países, incluidos Estados Unidos, y lideró multitudinarias protestas en Caracas.
Pero el entusiasmo y el apoyo de hace tres años ha disminuido tanto dentro como fuera del país, en parte porque la pandemia ha impedido que la gente se organice y proteste, además de por la sensación de que la promesa de la oposición de acabar con el el chavismo sigue siendo difícil de cumplir.
Los candidatos de la oposición fueron los más votados en las elecciones regionales de noviembre. Pero la incapacidad para unirse tras candidatos de consenso hizo que se dividiese el voto contra Maduro y permitió que su Partido Socialista Unido ganase más de 200 de las 322 municipalidades en juego y la mayoría de las gobernaciones.
Ese resultado se ha interpretado tanto como una señal del elevado potencial de la oposición como, según dijo Guaidó el jueves, un “llamado de atención” a la necesidad desesperada de reforzar la unidad.
Uno de los triunfos opositores frecuentemente motivos especiales para el optimismo: sorprendieron al partido oficialista quedándose con el cargo de gobernador del estado noroccidental de Barinas, donde la familia Chávez mandaba desde hacía más de dos décadas.
Además de las próximas reuniones en Caracas, Guaidó y otros líderes de todo el país convocaron un mitin el sábado para presentar su plan de unidad a los venezolanos, aunque difundir su mensaje sigue siendo un reto debido al control estatal sobre los medios locales.