Las autoridades de México desalojaron este finde semana el campamento improvisado de migrantes venezolanos a orillas del río Bravo, en Ciudad Juárez. Centenares de carpas estaban instaladas en esta zona cercana a la frontera entre México y Estados Unidos y alojaban a los migrantes que querían cruzar a suelo estadounidense; según prensa local, la razón detrás de la decisión del desalojo fue el riesgo de incendio que, para la Protección Civil Estatal de México, existía debido a las fogatas que los migrantes encienden cerca de las tiendas de campaña para mitigar el frío, pero no fue un proceso sencillo, tal y como se ve en las imágenes de agencias, se observa fuego en las carpas, algunas personas resultaron heridas y se produjeron forcejeos entre migrantes y agentes de policía.
Se pudo confirmar que no todas las personas que se encontraban en el campamento aceptaron la oferta de las autoridades de ser trasladadas a un refugio. El campamento estaba instalado a orillas del río hace más de un mes después de que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, anunciara el cierre de la frontera con México para los venezolanos, con el objetivo de «abordar la migración irregular más aguda y ayudar a aliviar la presión sobre las ciudades y estados que reciben a estas personas”. Ciudad Juárez es uno de los cinco puntos de la frontera mexicana que recibe a los venezolanos expulsados por las autoridades estadounidenses desde el miércoles 12 de octubre de 2022, cuando se anunció la nueva medida migratoria.Más de 150.000 venezolanos ingresaron a territorio estadounidense a través de la frontera con México durante el último año fiscal, un aumento de 293% con respecto al año anterior.
«Estábamos en la carpa y un señor llegó a avisarnos de que saliéramos, llegó el camión de la basura y empezó a quitar las carpas. Es algo inhumano que nos quieran sacar, no somos enemigos de Estados Unidos ni de México, estamos aquí por una lucha, no por gusto», declaró a EFE Miguel Moya, uno de los migrantes venezolanos. Las políticas migratorias de Panamá para los venezolanos se han endurecido en los últimos años, provocando la reducción y salida de estos migrantes, que llegaron al país centroamericano hace unos 10 años motivados por la estabilidad económica.
El número de venezolanos, cubanos o nicaragüenses que intentan cruzar la frontera terrestre de Estados Unidos ha aumentado un 149% con respecto a octubre de 2021, mientras que el de los procedentes de México y el norte de Centroamérica ha bajado 12% desde esa fecha, según datos oficiales. La migración venezolana aportará este año al fisco de Panamá por concepto de impuestos unos 203,2 millones de dólares según un estudio que calculó en más de 1.800 millones de dólares el monto de inversión venezolana en el país en la última década. Según el “Estudio de Medición de Impacto Económico de la Migración Venezolana en Centroamérica y el Caribe, Capítulo de Panamá”, el 66,92 % de la población migrante venezolana en Panamá se encuentra trabajando, lo que produce una recaudación de impuestos de 203,2 millones para 2022.